Pensamientos de una madre al tratar de comprender la identidad sexual de su hija
- Autores varios
- 21 nov 2024
- 13 Min. de lectura
Autores: Diego Alcosser Barreda, Nilver Bazán Acuña, Jamiley Escudero Norabuena, Pamela Rodríguez Vilca

La obra titulada Sobre mi hija fue escrita por Kim Hye-Jin, una autora contemporánea de origen surcoreano reconocida por proyectar en sus obras temas profundos y emocionales sobre los vínculos de un individuo, así como su capacidad para detallar complejidades de la vida. Desde su debut ha captado en los lectores una reflexión ante las dificultades en las relaciones familiares. En el 2012 fue ganadora del premio Dong-A Libo por su relato Chicken Run. Desde aquella ocasión su fama fue en aumento, ganando en el 2013 el premio Joong-Ang por la novela Central Station y continuando con el Shin Dong-Yup por la novela considerada para este ensayo y que fuera galardonada en el 2018. Es un reflexivo análisis de las dinámicas emocionales que surgen entre la protagonista y su hija Green. Kim Hye-Jin fue criada en una sociedad en donde las costumbres, creencias y expectativas juegan un papel importante, factores que influyó considerablemente en su obra literaria, utilizando su característico estilo único, uniendo poesía y prosa, lo que establece una narrativa llena de matices. A través de sus personajes, la autora nos incita a plantearnos interrogantes sobre las dificultades inherentes en estas relaciones, abordando temas como la homosexualidad, la ansiedad por envejecer y la inquietud materna por su hija. Esta obra nos ofrece diversas perspectivas sobre estos desafíos emocionales, lo que la hace una lectura fundamental para entender las complejidades dentro del núcleo familiar actual. Uno de los temas primordiales de la obra es la exploración de la homosexualidad y el impacto que genera en la familia. La protagonista, una madre inquieta por el futuro de su hija, se enfrenta contra sus propios prejuicios y miedos al descubrir la orientación sexual de su hija. Este dilema interno refleja una realidad evidente en nuestra sociedad.
La autora nos describe con sensibilidad cómo el amor materno puede ser cuestionado e influenciado por prejuicios sociales y por los temores que pueden ser infundados. Mediante momentos de vulnerabilidad se muestra que la aceptación puede ser dolorosa, pero también imprescindible.
De igual manera, el tema del envejecimiento se entrelaza con las inquietudes que presenta la madre, quien no solo batalla con su propia percepción del transcurso del tiempo, sino que también, con el anhelo de proteger a su hija de un mundo que percibe como hostil. Esta contradicción entre el gran anhelo de ser una madre presente y la necesidad de preservar una identidad propia genera un gran conflicto emocional profundo. Sobre mi hija brinda una mirada a las preocupaciones de una madre que al tratar de orientar a su hija con el objetivo de que tenga un futuro seguro, también tiene que enfrentar sus propios miedos sobre su rol como mamá y cómo una sociedad dinámica y que está en constante cambio ha influenciado en la crianza de su hija. Por ello, es esencial esta lectura para quienes buscan entender las dificultades de la vida familiar moderna y las oposiciones que se manifiestan en las relaciones generacionales, que estremece a aquellos que han enfrentado el sufrimiento en sus propios hogares, indagando temas de identidad, el amor y la aceptación en un contexto donde la vulnerabilidad puede parecer un obstáculo o incluso considerada una oportunidad.
En un primer momento, se aborda la complicada relación entre una madre y su hija. Por un lado, se encuentra a la hija, quien se esmera por obtener aceptación y comprensión con respecto a su orientación sexual por pertenecer a la comunidad LGTBQ+. Por otro lado, está la madre que siente culpa, miedo y resistencia frente a la realidad, lo que pone en evidencia el panorama que tiene sobre el mundo, destacando la complejidad de temas como la identidad sexual. Asimismo, muestra cómo la falta de adaptación y empatía afecta la relación que tiene con su hija, el rechazo y prejuicios que impone la sociedad. La madre es la protagonista, siempre descontenta y preocupada por el futuro de su hija, así como por los escollos al que se enfrentará su hija al querer formar una familia y llevar una vida tranquila. También se percibe entre ellas una comunicación poco asertiva que, por lo general, termina siempre en una discusión. La madre recuerda con añoranza el tiempo en la que su hija era dulce e inocente, pero no pudo prever el gran cambio que tuvo. Se evidencia el estado de vulnerabilidad y desesperación de la madre por intentar que su hija entienda su punto de vista, negando la existencia de la orientación sexual, lo que lleva a la hija a sentirse rechazada por las ideas conservadoras de su madre. A partir de este conflicto se resaltan sus personalidades contrastantes: la madre desea que su hija tenga una vida que considera ideal, mientras que la hija desafía esta visión soñando con una nueva concepción de amor y familia. La historia muestra a la hija y a su pareja enfrentando la vida juntas y siempre luchando frente a la sociedad que las rechaza por no cumplir con los estándares sociales convencionales, lo cual nos invita a reflexionar sobre los cambios sociales y nuestra capacidad de adaptación a nuevas realidades, promoviendo una nueva visión del amor. Madre e hija intentan comprenderse y alcanzar una relación armoniosa, pero no saben cómo superar sus diferencias, lo que revela la lucha constante de la hija por ser aceptada y vivir su identidad sexual de manera plena, mientras la madre se resiste debido a sus propios miedos y prejuicios, lo que genera tensiones en su comunicación. La situación resalta la importancia del apoyo incondicional en las relaciones familiares, especialmente entre madre e hija, siendo crucial mantener el control emocional, escuchar sin prejuicios y entender las dificultades de la otra persona. Ofrecer este tipo de apoyo fortalece el lazo familiar, permitiendo un crecimiento emocional conjunto, y ayudando a superar los sentimientos de incomprensión, facilitando el camino hacia una relación más auténtica y duradera. Evidenciamos cómo la falta de aceptación y comprensión provoca tensiones profundas, pero también destaca la posibilidad de crecimiento y reconciliación mediante el diálogo y la introspección. Esta situación planteada por Kim Hye-Jin nos invita a cuestionar nuestras propias creencias y prejuicios, particularmente aquellos que limitan nuestra capacidad de empatía. Es fundamental escuchar y aprender de las experiencias diferentes a las nuestras y abrirnos a nuevas perspectivas para promover la inclusión y el respeto en nuestra sociedad. Este cuestionamiento también nos hace valorar el papel vital de la educación y la empatía en la construcción de una comunidad más inclusiva y solidaria, así como a enseñar a las nuevas generaciones a valorar la diversidad y respetar las distintas formas de vida. Nos hace comprender que el amor no es solo una necesidad social, sino también un compromiso ético que fomenta un ambiente donde la tolerancia y la aceptación son valores fundamentales. Estos valores no solo permiten una convivencia más armoniosa, sino que también sientan las bases para construir una sociedad más justa, equitativa y respetuosa de la dignidad humana en todas sus formas.
En segunda instancia se presenta la ansiedad que tiene la protagonista frente a la vejez, parece sentir que ha perdido esa capacidad de decidir por su cuenta, lo que indica una posible falta de autonomía, que se ve reflejado en el miedo a ser una carga para los demás o el sentirse inútil solo por su edad. La manera en la que se expresa de su propia apariencia, el comentar que se siente fuera de lugar, el compararse y sentir las miradas de las jóvenes se interpreta como una falta de aceptación, ya que notamos el presente temor a ser juzgada y pensar que la ven desagradable solo por su edad, lo que nos muestra su vulnerabilidad. La frase que dice la madre: “No me queda más remedio que soportar esta desolación mientras viva” nos da notoriedad de su preocupación y angustia por la vida más que la muerte, confiesa que el envejecer no solo acerca a la muerte si no también a ciertas limitaciones que tienen gran impacto en su vida como el temor a perder su calidad de vida y autonomía, lo que contradice a lo que muchas personas dicen sobre ser adulto mayor y el sosiego que lleva esto, pero ella nos muestra la lucha constante para sostener una vida aceptable dentro de lo que impone la sociedad de los viejos. Dentro de esto analizamos que la madre siente indicios de frustración como también de envidia por la juventud y por las personas de su edad que disfrutan su vida con vitalidad. Ella se siente atrapada en sus pensamientos y cree que el tiempo la desgastó, lo que le impide llevar una vida más libre, en lugar de luchar contra la edad y adaptarse para poder encontrar su identidad y sus intereses, parece que se está resignando. Esto nos deja observar el contraste a diferentes formas de pensar sobre la vejez algunos eligen limitarse y seguir lo que la sociedad dicta que la edad la alcanzó y no tiene más posibilidades, este negativismo puede reflejar un agotamiento emocional, el miedo a lo desconocido y salir de su zona de confort le quita las oportunidades que se le presentan. Por ello, destaca mucho el conflicto en torno a nuestra sociedad, donde la juventud es frecuentemente idealizada y la vejez es llevada a un plano de desdén o invisibilidad asociado a debilidad, fracaso e inutilidad, además de cómo este impacta a la autoestima. Es muy notorio que la protagonista se sienta ansiosa y desenfocada, ya que es algo muy común que la gente mayor se sienta afectada o juzgada especialmente por la gente joven lo que impacta en su salud mental. La idea constante de mantener una vida aceptable que no solo está llena de limitaciones, sino también de oportunidades. Sin embargo, la protagonista parece estar aislada de pesimismo, lo que impide adaptarse y buscar nuevos intereses o pasiones, que podría traer emoción nuevamente a su vida. Por ello, es esencial abordar el envejecimiento desde una perspectiva más positiva y abierta, promover el respeto y valoración por las personas mayores, así como ayudar a desafiar las normas de la sociedad. Este juicio crítico hacia ella misma le causa ansiedad al sentirse como una carga, lo que es un tema de muchos adultos mayores que se sienten aisladas y no útiles, ¿deberíamos medir el valor de una persona por su economía o su productividad? Ella siente que la juzgan por su edad y su aspecto físico, lo que saca a destacar su vulnerabilidad. La búsqueda de aceptación social y el miedo son una carga que afecta su autoestima e intensifica la soledad. Asimismo, la sociedad rechaza a las personas mayores por su idea de debilidad o inutilidad, lo que nos hace plantear las preguntas siguientes: pero ¿qué cuesta tener un poco de empatía y comprensión?, ¿acaso no todos llegaremos a esa edad? Esto invita a reflexionar sobre cómo la mentalidad y la perspectiva de cada uno influye en la experiencia del envejecimiento. Entonces la vejez es una etapa llena de cambios físicos, mentales y emocionales. El afrontar esta realidad es un paso importante para las personas mayores, ya que permite conocer sus limitaciones, el mantener una actitud abierta hacia nuevas experiencias, ayudaría mucho a vivir una vida plena y significativa. Las personas mayores son importantes, su sabiduría, sus experiencias de vida, y sus perspectivas tan únicas pueden hacer que la sociedad evolucione, además también mejoramos nuestra vida y la de las futuras generaciones.
La decepción de la madre hacia su hija es notoria. A pesar del esfuerzo, tiempo y cariño que le brindó, no fueron suficientes para lograr que su hija sea independiente y que tome decisiones que considera adecuada. Ello también expresa su temor sobre el futuro de su hija, cómo será en el ámbito laboral y económica, si tendrá oportunidades, etc. Estos sentimientos no solo provienen de un instinto protector sino también de una carga emocional donde se siente desplazada y no reconocida ya que siempre la aparta de su vida por no tener las mismas ideas, esto conlleva a que tenga pensamientos negativos preguntándose qué hizo mal para que su hija tenga una orientación sexual diferente y la trate con indiferencia. El distanciamiento de la hija se ve reflejado en la falta de comunicación y confianza, el hecho de que no le informe a su madre de sus decisiones, indica el deseo de la hija por ser independiente, lo que parece llevar a la madre a una cierta inquietud y miedo de que su progenitora termine en una situación similar a la suya. A nuestro parecer la situación que vive la protagonista causa nostalgia. En sus palabras se hace notar la angustia y el dolor por el que pasa, También es consciente de que su hija ahora es independiente y que los problemas escapan de su control. Es desolador ver cómo el esfuerzo invertido en su hija fuera en vano, como si de alguna manera la vida de la que tanto se esforzó en construir para ella se estuviera desmoronando. La madre anhela ofrecerle una vida plena, lejos de las dificultades que conoce, una donde tenga estabilidad. La madre tuvo en sus entrañas a su hija, pero ahora ella se comporta como si hubiese nacido sola o se hubiese criado sola. Creemos que es muy doloroso, ya que la madre se siente desplazada, sin reconocimiento, ni apreciada por quien fue alguna vez su mundo entero, nota como su hija se va alejando más de ella y no solo en el sentido físico sino que también en el ámbito emocional, lo que nos hace reflexionar que esta ruptura emocional, psíquica y afectiva no solo se ve en esta historia sino que le puede pasar a cualquier persona con su ser querido y al leerlo nos hace poner en una posición de añoranza para las personas que están pasando por algo similar. Desde nuestro juicio sentimos que este es el miedo de muchos padres; que todo esfuerzo, educación y sacrificio no sean suficientes para evitar que sus hijos pasen por las mismas dificultades que alguna vez experimentaron ellos siendo jóvenes. Asimismo, con el pasar del tiempo nos volvemos más independientes, sabemos que nos aconsejan para nuestro bien, pero a veces llegamos a ignorarlos. El hecho de que también se le complique aceptar que su hija ya no necesita tanto de ella y que tiene la edad suficiente para que se pueda sostener sola es muestra de que la madre tiene que aceptar y entender los cambios que ha tenido su hija y tratar de apoyarla. La protagonista ya está resignada e inferimos que encuentra una sensación de fracaso al ver que no logró el objetivo que ella deseaba ver en su hija. Hasta este punto se aprecia que el amor desinteresado se transforma en una lucha de egos, ya que la madre busca tener control sobre la vida de su hija, pero lo que consigue es la indiferencia de su propia hija. A nuestro juicio el amor maternal no siempre tiene que ser estricto, sino también debe ser una buena compañía que respeta y no juzga las decisiones de sus hijos, tienen que tratar de que ellos tengan confianza plena y así fortalecer los lazos familiares. Esta obra familiar invita a reflexionar sobre el proceso de crecimiento en el que ambas partes pueden llegar a sentirse heridas o incomprendidas. Para ello, consideramos que es necesario buscar un espacio adecuado para comunicarse, siempre valorando ambos puntos de vista. ¿Hasta qué punto los padres pueden intervenir y cuáles son los límites de la autonomía de los hijos? Y es que cada hijo debe forjar su camino. Toda madre tiene que entender que mientras una hija crezca va construyendo una filosofía de vida. Y así podemos formular más preguntas tales como las siguientes:
¿Por qué los padres no pueden entender que los hijos pueden tomar sus propias decisiones cuando van creciendo? ¿Por qué a veces ven lo negativo en los hijos? ¿Por qué la madre refleja sus inseguridades en ella? ¿Por qué piensan que podemos terminar como ellos?
Los padres deberían permitir que los hijos se equivoquen. Sabemos que sus consejos son sabios, pero también deben dejarles vivir, conocerlos y aprender de ellos servirá para vencer obstáculos y quizá, con el tiempo, también aprendan a confiar en nuestras capacidades. En definitiva, madre e hija tendrán que buscar la manera de superar diferencias y aprender a convivir en esta nueva etapa de sus vidas, donde los miedos y las inseguridades pueden ser cambios necesarios para una relación más armoniosa.
En conclusión, la novela Sobre mi hija nos lleva a reflexionar sobre los conflictos que existen en las relaciones familiares. Mediante esta historia se nos presenta un desacuerdo entre la madre y su hija que nos invita a explorar aspectos como la identidad, la aceptación y la vejez. Además, si nos adentramos en la vida de estos personajes, podemos llegar a identificarnos con nuestras propias luchas internas, tales como el sentimiento de miedo y el deseo por un mundo más justo y compasivo. La problemática sobre la homosexualidad en la obra sirve como un motivo para relevar los prejuicios sociales y las dificultades de aceptación. Además de presentar el tema de LGTBIQ+, la narrativa nos señala cómo las relaciones familiares complicadas son la causa de un mal manejo de la interacción, como también del amor, el miedo y la esperanza. Kim Hye-Jin nos incita a cuestionar y reflexionar nuestras creencias, del mismo modo nos brinda nuevos puntos de vista y nos enseña que las relaciones pueden cambiar si nos proponemos a desarrollar valores como la empatía, el respeto y la comunicación asertiva para así tener la fortaleza de aceptar la orientación sexual de un familiar, ya que no solo es un acto de tolerancia sino también de amor incondicional, celebración y apoyo a su identidad. Los jóvenes homosexuales que experimentan un rechazo fuerte por parte de sus familias tienden a tener peor salud que aquellos que no enfrentaron ese rechazo. Un cambio pequeño en las familias, como mostrar mayor aceptación y menos rechazo, puede reducir significativamente el riesgo de que los jóvenes desarrollen problemas graves de salud, incluyendo tendencias suicidas por no ser comprendidos (Ryan, 2009). La protagonista nos muestra que la vejez no es solo un proceso biológico, sino también un experiencia social y emocional, ya que la vejez es una etapa inevitable de la vida, pero la forma en la que vivimos depende en gran medida de nuestra actitud y la sociedad en la que vivimos. Cada persona construye su propio destino, desarrollando una forma única de pensar, sentir y afrontar su envejecimiento dentro del contexto de su sociedad. A lo largo de su vida, se adapta a las pérdidas que experimenta, lo cual lo coloca en la vejez en una situación de vulnerabilidad tanto física como mental (Herrera & Guzmán, 2012). La preocupación de la madre nos revela el profundo amor y el deseo de proteger a su hija de los mismos errores que ella ha vivido. Debemos confiar en que todo lo que hemos hecho en el proceso de crianza de nuestros hijos será suficiente para que puedan enfrentarse a las situaciones de la vida cotidiana, ya que el papel de los padres no es proporcionar seguridad eternamente, sino las habilidades y la intimidad suficiente como para que sepan que podrán contar con ellos cuando los necesiten (Palau, 2024). Sobre mi hija es un llamado a construir puentes entre generaciones y celebrar la diversidad de cada individuo. Asimismo, nos recuerda que el amor puede ser fuente de dolor, de hecho, es una fuerza que nos impulsa a crecer y conectarnos con los demás.
Referencias bibliográficas
Herrera P., A., & Guzmán H., A. (2012). Reflexiones sobre calidad de vida, dignidad y envejecimiento. Revista Médica Clínica Las Condes, 23(1), 65-76 https://www.clinicalascondes.cl/Dev_CLC/media/Imagenes/PDF%20revista%20m%C3%A9dica/2012/1%20enero/Reflexiones-CalidadV-11.pdf
Palau. M. (2024). Cómo dejar de preocuparte por un hijo adulto. Psicología Maria Palau. https://www.psicologiamariapalau.com/como-dejar-de-sufrir-por-los-hijos-adultos/
Ryan, C. (2009). Niños saludables con el apoyo familiar Ayuda para familias con hijos e hijas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero. The California Endowment. https://familybuilders.org/wp-content/uploads/2021/03/FAP_Spanish-Booklet_reduced.pdf
Dato bibliográfico
Hye-Jin, K. (2022). Sobre mi hija. Fiordo.



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