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Comentarios económicos, psicológicos y estatales sobre la novela corta El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez

  • Jorge Aguilar Rojas y Thamir Tannert Peña
  • 1 jul 2023
  • 10 Min. de lectura


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En 1961 América Latina comenzó a sufrir bajo regímenes militares, radicales y totalitarios que restringieron la libertad de pensamiento, opinión y expresión. En estas circunstancias, los más vulnerables padecieron abandono, desesperanza, hambruna, corrupción, mentiras e injusticias. Fue ahí donde el genio literario Gabriel García Márquez publica su segunda novela, El coronel no tiene quien le escriba, que, según una entrevista realizada por Webster (2015), originalmente estaba ideada como una comedia sobre la frustrante espera del abuelo de Gabriel por recibir su pensión de veterano que tanto le prometieron; no obstante, la cruda realidad social y económica del momento cambiaron el punto de vista del autor y este decidió darle un ambiente más sombrío y revelador. Esta obra maestra crea múltiples escenarios y problemáticas dignas de un minucioso análisis, por lo que, para la presente reseña, se analizarán situaciones, momentos y experiencias de la narración que consideramos relevantes, así pues, podemos decir que el lector se adentra en un universo literario donde la realidad se entrelaza con la ficción para explorar las profundidades de la condición humana. En gran parte de esta obra, se cuentan relatos que comparten la idea penetrante de una sociedad inmersa en la lucha contra la adversidad y la injusticia. En el apartado lingüístico se encuentran características típicas del autor, como es el uso del estilo realista y descriptivo en cuanto al estilo de vida cotidiano de los personajes en un pueblo olvidado. Se aprecia el lenguaje coloquial en los diálogos y narrativa que refleja la manera propia de hablar de la gente común en la región y es este recurso que contribuye a la autenticidad y -*6++cercanía de los personajes. Se observa una narrativa del tipo no lineal, en la cual se resaltan los flashbacks para revelar gradualmente la historia de los personajes y profundizar en sus motivaciones y relaciones. Adicionalmente, se encuentra el uso de simbolismos y metáforas para transmitir temas universales como la esperanza, soledad y lucha contra la adversidad. El narrador tiene acceso a los pensamientos, sentimientos y acciones de varios personajes, lo que le permite ofrecer una visión completa de la historia y de los diferentes puntos de vista de los personajes, por ello el narrador es omnisciente, con un relato en tercera persona que proporciona una perspectiva objetiva y detallada de los eventos, lo que permite al lector obtener una comprensión profunda de la trama y de los personajes. La obra está escrita mayormente en tiempo pretérito. Este tiempo es común en la narrativa para relatar eventos que ya han ocurrido, lo que permite al autor contar la historia desde una arista retrospectiva, lo que enfatiza la naturaleza reflexiva y la nostalgia que caracteriza la obra. Aunque la misma puede incluir algunos pasajes en otros tiempos verbales, como el presente o el futuro. Es reflejada el gran apetito del coronel cuando refiere que en sus tripas le están creciendo hongos y lirios venenosos Este retrato subraya su persistente hambre, reflejando la urgencia de buscar alimentos. Asimismo, se sugiere que esta adversidad no es reciente, ya que en las propias palabras del narrador ha pasado ya 56 años desde que terminó la guerra civil. Se puede intuir que ha subsistido en condiciones miserables durante un prolongado periodo, más adelante en la narración, se describe con detalle el escenario que envuelve al protagonista. En la obra, el mes de octubre se asocia con la escasez producto del intenso frío penetrante, capas de calar hasta los huesos y la escasez de recursos que son elementos recurrentes en la descripción del ambiente.


En este mes, el invierno se siente más próximo que nunca y con él la preocupación por sobrevivir a otra estación de carencias y dificultades. Para el coronel cada día que pasa se convierte en una lucha contra la naturaleza y contra su supervivencia. Aun así, el coronel persiste y enfrenta con valentía los desafíos que le presenta la vida aferrándose a la esperanza de que algún día, quizás, la fortuna le sonría y el destino le brinde un respiro. Pero en esas circunstancias, octubre continúa siendo un recordatorio sombrío de la cruda realidad que enfrenta día tras día. Además, se emplea una potente metáfora que suscita al lector a inducir sobre el grado de desamparo en el que se hallaba el coronel. La descripción de su hambruna como “la sensación de que brotaban hongos y lirios venenosos en su estómago” (García, 1961, p. 4). Evoca de forma intensa la severidad del hambre que experimentaba, comunicando la angustia y desesperación que lo acompañaban. Esta imagen metafórica no solo representa la situación física del protagonista, a quien Gabo describe como un hombre mayor y delgado, con la espalda encorvada por el peso de los años y las adversidades. Tiene el rostro surcado de arrugas, marcado por la experiencia y las preocupaciones y reflejando la fragilidad propia de la vejez y la vida difícil que ha llevado, si no que al mismo tiempo simboliza el abandono en el que se encontraba en su entorno. A pesar de la reconocida paciencia y fortaleza del coronel, el sufrimiento y el anhelo de comida parecen ser insaciables, lo que plantea la pregunta inquietante: ¿Hasta qué punto se extienden sus límites físicos y emocionales? Los límites físicos y emocionales del coronel se extienden hasta el punto de definir su vivencia diaria y su sentido de identidad. La pobreza y la soledad marcan sus límites físicos, mientras que la espera constante de la pensión y la muerte de su hijo —quien falleció acribillado en una gallera por distribuir información clandestina— afectan profundamente su bienestar emocional, creando una atmósfera de desesperanza y resignación que lo acompaña constantemente. Estos límites no solo crean márgenes en su vida práctica, sino que también moldean su percepción del mundo y su relación consigo mismo. Por último, se enfrenta a la falta de alimentos y al abandono, un tema que resuena en la actualidad, donde muchas familias luchan contra la escasez de comida debido a la precariedad económica. Con ingresos insuficientes para satisfacer las necesidades básicas, estas familias se ven obligadas a seguir una dieta mínima, a menudo basada en uno o dos alimentos al día. Esta realidad refleja la persistencia de la desigualdad y la injusticia social, subrayando la urgencia de abordar las causas estructurales de la pobreza e inanición en la sociedad. Abordar esta problemática requiere un enfoque integral y multifacético que incluye desde la promoción del empleo digno y el acceso a la educación hasta la implementación de políticas alimentarias inclusivas y sostenibles. Adicionalmente, es necesario fortalecer los sistemas de protección social y garantizar un acceso equitativo a los recursos naturales.


En esos tiempos, antes de la omnipresencia de la tecnología moderna, las cartas y los periódicos eran los pilares fundamentales de la comunicación, portadores de un universo de experiencias y emociones para quienes los recibían. Las cartas tenían un carácter más personal y cercano. Con cada pliego de papel escrito a mano, se transmitían sentimientos profundos, pensamientos íntimos y esperanzas compartidas. Para el coronel, aguardar la llegada de una carta era más que una simple espera: era un acto de fe y paciencia. Cada sobre que llegaba a su puerta contenía la promesa latente de un cambio en su destino, la posibilidad de recibir finalmente la pensión de veterano que tanto anhelaba. En medio de la monotonía y la incertidumbre de su vivencia, estas cartas eran como ventanas al mundo exterior, brindando al coronel una conexión con realidades más allá de su pequeño pueblo. Eran su vínculo con la esperanza, su ancla en un mar de desafíos y adversidades. Cada palabra escrita resonaba en su corazón con la promesa de un futuro mejor y la certeza de que, algún día, llegaría su merecida recompensa por décadas de servicio y sacrificio. El coronel anhela la llegada del correo, donde alberga la esperanza de finalmente recibir la pensión de veterano que lleva años aguardando. La necesidad del coronel por esta correspondencia no pasa desapercibida, captando la atención del médico, quien, intrigado, interrumpe la lectura de los periódicos y fija la mirada en él. En el siguiente diálogo, el administrador, al percatarse de la situación, revela con desdén: “nada para el coronel”. (García, 1961, p. 10). Estas palabras desvanecen la emoción del coronel, sumiéndose en una decepción tan profunda que, avergonzado de sí mismo, trata de ocultar mintiendo: “no esperaba nada” (García, 1961, p. 10), surge de manera significativa a partir de la reflexión sobre la situación del protagonista el título de la obra El coronel no tiene quien le escriba. La expresión encapsula la esencia misma de la narrativa. Así, la denominación se convierte en un poderoso símbolo de la soledad, la esperanza perdida y la persistencia en medio de la adversidad.


Resulta notable cómo el autor profundiza en la complejidad de la personalidad del coronel, revelando nuevas facetas de su carácter y emociones, como su orgullo, vergüenza y vulnerabilidad, que resultan contrarias a la percepción que se tiene del coronel al principio de la novela, donde se percibe un cierto orgullo en su actitud estoica ante la vida; sin embargo, a medida de que avanza la historia, se desvela una vulnerabilidad más humana en él. La vergüenza que siente al no recibir correspondencia sobre su pensión muestra la profundidad de su decepción y desesperación. Su intento por ocultar estos sentimientos ante el médico y el administrador evidencia la lucha interna entre su orgullo y la necesidad de esconder su verdadero estado emocional.  Esto genera un profundo debate sobre la naturaleza humana y la complejidad de las emociones. ¿Hasta qué punto podemos mantener una apariencia de orgullo o bienestar cuando realmente estamos enfrentando una situación crítica? El caso del coronel subraya la fragilidad de la imagen que proyectamos hacia afuera y la presión para ocultar nuestras vulnerabilidades. Además, cuestiona los mecanismos de afrontamiento en momentos difíciles. ¿Es válido esconder nuestros verdaderos sentimientos por miedo al juicio o la compasión de los demás? o ¿es más saludable y liberador compartir nuestras preocupaciones y buscar apoyo en quienes nos rodean? Este cuestionamiento sugiere evocarse totalmente a la psicología de la persona humana. En un estudio realizado por Martínez et al (2001) se examinó el impacto psicológico de esconder las emociones en comparación con expresarlas abiertamente. Los participantes fueron divididos en dos grupos: aquellos que fueron alentados a escribir sobre sus emociones y aquellos que no lo hicieron. Los resultados revelaron que las personas que ocultaron sus emociones experimentaron niveles significativamente más altos de estrés y malestar psicológico en comparación con aquellos que las expresaron libremente. Este hallazgo sugiere que reprimir o esconder nuestros verdaderos sentimientos puede tener efectos adversos en la salud mental al aumentar la carga emocional y contribuir al deterioro del bienestar psicológico a largo plazo. Además, este estudio pionero proporciona evidencia sólida que respalda la importancia de la expresión emocional como un mecanismo clave para la regulación emocional y la salud mental óptima. El ejemplo del coronel destaca la importancia de la autenticidad y la conexión emocional en las relaciones humanas, así como el valor que implica mostrarse vulnerable ante los demás. En aquellos años los periódicos ejercían un poderoso influjo en la vida cotidiana de las personas, erigiéndose como la fuente primordial de información y entretenimiento. Cada mañana, al abrir el diario, los lectores se sumergían en un mundo de noticias, opiniones y relatos que abarcaban desde lo más trivial hasta lo más trascendental. Las páginas impresas resonaban con la voz de la actualidad al transmitir sucesos locales, nacionales e internacionales que impactaban directamente en la vida de quienes los leían. Desde los titulares que anunciaban acontecimientos políticos y económicos de gran relevancia hasta las crónicas que narraban historias de héroes anónimos y tragedias humanas, los periódicos ofrecían una panorámica completa del mundo que les rodeaba.


Para el coronel, cada ejemplar de periódico era una ventana de esperanza, una oportunidad de encontrar noticias que pudieran cambiar su destino. Cada línea impresa era examinada con atención meticulosa, en busca de algún indicio que anunciara el avance en el largo camino hacia la obtención de su tan ansiada pensión de veterano. En cada letra veía reflejados sus sueños y sus luchas, encontrando en las páginas impresas un rayo de esperanza que iluminaba su existencia en medio de la incertidumbre y la adversidad. Reflexionando sobre su situación, el coronel comparte: “Al principio, al menos publicaban la lista de los nuevos pensionados. Pero hace unos cinco años que no dicen nada” (García Márquez, 1961, p. 11). Esta revelación sugiere que, inicialmente, recibían noticias frecuentes sobre la pensión; sin embargo, con el paso del tiempo, resultaron ser falsas promesas y engaños por parte de un estado distante, quien parece haberse olvidado de su existencia, dejándolos abandonados a su suerte Esas últimas palabras resaltan la profunda situación de desamparo en la que se hallan el coronel y su esposa, lo que revela la dura realidad que enfrentan muchos ciudadanos vulnerables bajo el dominio del régimen dictatorial y la ineptitud de la Administración Pública. La corrupción, las falsedades y el abandono son solo algunas de las injusticias que sufren, evidenciando la falta de protección y respaldo por parte del Estado. En este párrafo, se plantea una crítica hacia el entorno externo del coronel, especialmente hacia el Estado, al cuestionar hasta qué punto estarán dispuestos él y su esposa a seguir esperando y dependiendo de un Estado que claramente les otorga poca importancia. Esta pregunta refleja no solo la desesperanza y frustración de aquellos en situaciones similares, sino que también nos lleva a reflexionar sobre el papel del Estado en la protección y bienestar de sus ciudadanos. Por un lado, la persistencia del coronel y su esposa en su espera podría interpretarse como un acto de resistencia y dignidad, demostrando su determinación para mantener la esperanza incluso en medio de la adversidad.


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Sin embargo, también plantea la posibilidad de que esta espera interminable se convierta en una trampa, una ilusión de cambio y justicia que nunca se materializa. Hoy por hoy, según Huenchuan (2018), los mayores incrementos de cobertura (pensión adulto mayor) se dieron en el Perú (19.6 %), el Ecuador (22.1 %), México (25.6 %), el Paraguay (27.1 %) y Panamá (32.2 %). Todos esos países se encontraban por debajo del promedio regional en el 2008, pero gracias a la implementación de programas de pensiones no contributivas lograron ampliar la seguridad de ingresos en la vejez. La situación de otros países, como Guatemala, Honduras y la República Dominicana, es preocupante, dado que presentaban niveles de cobertura inferiores al 15 % al inicio del periodo en estudio (2008) y en 2015 experimentaron un incremento de menos de 5 puntos porcentuales. Sabemos que esos esfuerzos no son suficientes, por lo que, en última instancia, la pregunta planteada nos enfrenta a la necesidad de buscar soluciones reales y tangibles para abordar las injusticias y desigualdades que enfrentan los ciudadanos vulnerables. Ya sea a través de la movilización social, la participación política o la exigencia de rendición de cuentas por parte de las autoridades, es esencial trabajar en conjunto para construir un Estado que verdaderamente se preocupe por el bienestar de todos sus ciudadanos, sin importar su situación socioeconómica o su posición en la sociedad. Queremos finalizar esta reseña literaria con la frase del pacifista, político, pensador, líder y humanista de Mahatma Gandhi: “La pobreza es la peor forma de violencia”.

 

Referencias


García Márquez, G. (1961). El coronel no tiene quien lo escriba. Auguirre Ed.


Huenchuan, S. (2018). Envejecimiento, personas mayores y Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: perspectiva regional y de derechos humanos. Perspectiva regional y derechos humanos. Comisión Económica para América Latina y el Caribe. https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/431e4d95-46d9-4de6-a0a6-d41b1cb7d0b9/content


Martínez-Sánchez F., Páez Rovira, D., Pennebaker, J. W., & Rimé, B. (2001). Revelar, compartir y expresar emociones: efectos sobre la salud y el bienestar. Revista Ansiedad y Estrés, 7(2), 151-174. https://www.researchgate.net/publication/260247306_Revelar_compartir_y_expresar_emociones_efectos_sobre_la_salud_y_el_bienestar/link/0f3175304e66927335000000/download?_tp=eyJjb250ZXh0Ijp7ImZpcnN0UGFnZSI6InB1YmxpY2F0aW9uIiwicGFnZSI6InB1YmxpY2F0aW9uIn19


Torres, A. (20 de julio del 2016). 110 frases de Gandhi para entender su filosofía de vida. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/reflexiones/frases-gandhi

Webster, J. (Director). (2015). Gabo, la creación de Gabriel García Márquez [película]. JWP. https://www.imdb.com/title/tt4568106/?ref_=ttfc_fc_tt

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